Durante los años 2000 y 2003, el dramaturgo y director Roger Bernat creó
un ciclo de seis piezas teatrales producidas por el Mercat de les Flors e
interpretadas en seis sedes del casco antiguo de Barcelona y Gràcia. Los
locales eran espacios convertidos, como una fábrica, un pequeño negocio, un
almacén de zapatillas, una tienda de comestibles y una lavandería pública.
Habían sido, o estaban en proceso de ser, transformados en espacios de ensayo,
espacios teatrales y talleres creativos.
El objetivo de este trabajo es establecer un vínculo entre las piezas
teatrales del ciclo Bona Gent y la realidad arquitectónica y artística de los
lugares de acogida, que permanecieron a la sombra o fuera del ámbito de las
grandes infraestructuras culturales.
La obra de Bernat y las sedes convertidas estarán conectadas con la
realidad urbana, social y cultural del Raval como anfitrión de la mayoría de
las obras del ciclo. Aunque la zona del Raval estaba en pleno proceso de
transformación en el momento del ciclo, había estado al margen durante muchos
años. La transformación del contexto urbano de las sedes y los cambios que se
producen en los años siguientes a la representación del ciclo revelan las
características de un urbanismo, que se entiende y se pone en práctica como una
herramienta de representación al servicio de la noción de la política como
drama. Lo más importante, tal urbanismo ofrece el paisaje, los personajes y el
ritmo narrativo de una nueva dramatización de la ciudad.
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