Una sucesión de posos evoca el paso del teatro por lugares de la ciudad donde se estableció con vigor durante un cierto tiempo. En cada uno de estos lugares perviven improntas físicas y un recuerdo más o menos definido.
Observar atentamente el mapa teatral de la Barcelona contemporánea es un ejercicio excelente para reflexionar sobre la relación del teatro con la ciudad. El plano que reproducimos en la portada de este Cuaderno central –donde se indican los espacios escénicos y se refleja el sistema teatral presente– permite reconocer las trazas de los tiempos pasados, pero para percibir- las hay que haberse adentrado previamente en las páginas de la historia. Cuando lo hacemos así descubrimos un relato de encuentros y desencuentros. El dibujo del mapa presenta densidades diferentes según las zonas, los ejes o los focos. Aquellos territorios que ahora denominamos Ciutat Vella y Gracia concentran una parte importante de los espacios escénicos de la ciudad; la Rambla y el Paralelo destacan como ejes teatrales, y las Glorias y el entorno del antiguo Palau de la Agricultura de la Exposición Internacional de 1929 acontecen puntos focales de un sistema que se completa con el entramado de los teatros de entidades, los centros culturales de los barrios y las salas de pequeño formato, a veces incluso minúsculo. Se trata, pues, de un mapa de la situación teatral actual, donde a la vez hay imprimida la memoria teatral de la ciudad. Nos adentramos, no tanto con el objetivo de ser más eruditos, como para entender el presente y, quien sabe, pensar un futuro.
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