Dotación técnica escenográfica

Telar

El telar permite suspender la iluminación y sonido de la escena sobre el área de representación, ocultas al público, y bajar el telón o la escenografía hasta el escenario. Este sistema presenta la ventaja de que la escenografía puede moverse rápidamente y no ocupa espacio de la escena cuando se retira. La telar también puede incluir el falso proscenio, que puede ajustarse para regular la altura de abertura del proscenio.
La escenografía se cuelga y equilibra con una serie de pesos colgados de cuerdas, que pasan a través de poleas sobre el peine del telar y las paredes laterales. 
Hay dos tipos de operaciones manuales:
Contrapesos simples. La distancia de recorrido es igual a la altura del peine sobre la escena. Se necesita una pared vertical continua más alta que el peine para alojar las guías. La operación puede realizarse desde el nivel del escenario. Es una operación más precisa, ya que se produce menos fricción, y la ejecución desde la escena favorece al operador.
Contrapesos dobles. La distancia de recorrido de los pesos se reduce a la mitad, en relación a la distancia de suspensión. Esto permite que la operación se realice desde una galería sobre el nivel de la escena. Además, se necesita una galería adicional entre la anterior y el peine técnico. Esta operación necesita menos ancho de telar y libera el área de la escena.
También existen sistemas eléctricos e hidráulicos, en los que las cuerdas se enrollan mecánicamente en un tambor.

El peine es un entramado de acero fijado sobre el suelo de la escena y utilizado para soportar los dispositivos destinados al movimiento de la escenografía. El mínimo ancho del peine debe ser el del proscenio, más una prolongación de 2 m en cada lado para los contrapesos y la galería de la telar. Esto hace que el ancho total sea al menos de 8 m más que el proscenio. Si se adopta el sistema de contrapesos simple, el ancho viene determinado por los requerimientos de la zona de suelo libre para la escena más 750 mm para los contrapesos y guardarrailes.
El ancho será el de la zona de representación más 3 m o una vez y media el ancho de la abertura del proscenio, es decir, la dimensión interna desde el fondo de la escena hasta éste.
La altura del peine sobre el escenario será al menos dos veces y media la altura de la abertura del proscenio, sin considerar el telón o la cortina de seguridad. Se necesitarán unos 2,5 m adicionales sobre el peine, bajo el techo.
Es necesario un extractor de humos automático en la parte superior de la caja escénica, sobre la telar. En caso de incendio, la caja escénica funciona así como un tiro. La sección de esta abertura debe ser un 10% de la superficie de la escena.
También se requiere acceso a todos los niveles, a ambos lados del telar, mediante escaleras de diferente tipo. Para los peines superiores, es recomendable un pequeño ascensor. Es esencial una galería transversal en el fondo de la caja escénica. Debe ser posible evacuar cualquier nivel de la galería y del peine, mediante un recorrido aislado.
La estructura más adecuada para la caja escénica es un entramado ligero, para evitar cargas excesivas sobre la estructura inferior. Los paneles de cerramiento deben contar con aislante térmico y acústico. La abertura del proscenio implica una gran viga de dintel con pesados apoyos a cada lado. Los escenarios traseros y laterales deben estar delimitados por cerramientos resistentes al fuego si son adyacentes a otras estancias.

Fuente: APPLETON, Ian.  Building for the performing arts.  Oxford [etc.] : Butterworth Architecture, 1996


Cambios de escenografía

El escenario debe ser diseñado para un cambio rápido de la escenografía durante la representación. La falta de espacio genera dificultades y limita las producciones posibles.
Se puede reservar espacio de almacenamiento a lo largo de la pared trasera de la escena, aumentando el fondo de la escena, pero es más recomendable situarlo en los laterales.
Cuanto más frecuentemente se prevean los cambios de producción, mejor dotación para el cambio de escenografía debe incluir el edificio. Los sistemas de cambio mecánico tienen como objetivo abaratar estos costes de producción o de representación mediante el ahorro de tiempo y mano de obra. En general, aquellos métodos que requieren menos espacio adicional son los más utilizados.

Telar  (elevación)

La ventaja del movimiento de elevación es que la escenografía puede ser retirada o introducida muy rápidamente y no ocupa espacio adicional en el suelo al ser almacenada. Además, es necesario suspender otros elementos, como telones o focos.
La altura del peine debe tener en cuenta la visión desde el público. Como norma general, su altura será tres veces la del proscenio (efectivo, no estructural), y al menos dos veces y media esta altura para un funcionamiento correcto.
El ancho del espacio cubierto por el telar debe sobrepasar la abertura del proscenio unos 2 m a cada lado. La altura de la caja escénica se determina añadiendo unos 2 m adicionales a uno de los lados para alojar los contrapesos y la galería del telar desde donde se operan. Es habitual añadir 1,5 o 2 m a otro lado para otra galería, utilizada generalmente para cajas de conexión y cableados.
El ancho interior mínimo de la caja escénica debe ser, por lo tanto, unos 8 m superior al de la abertura del proscenio.

Contrapesos

La escenografía se suspende de cables de acero que pasan a través de poleas sobre el peine y al otro lado del peine, y se equilibra mediante un sistema de contrapesos que suben y bajan sobre esta pared, donde se sitúan las guías.
En el sistema de contrapesos simple, la distancia de recorrido de los contrapesos es igual a la altura del peine sobre el escenario. Debe disponerse una pared vertical continua donde situar las guías para los pesos. Si estas guías bajan hasta el nivel de la escena, deberán añadirse unos 750 mm al ancho del peine para alojar los guardarrailes. Si el sistema se opera desde el escenario, en lugar desde una galería, deberán aumentarse la profundidad de los laterales del mismo.
Si se utilizan contrapesos dobles, se libera el suelo del escenario mediante la introducción de dos poleas extra para reducir a la mitad la longitud del recorrido de los pesos. A cambio, los pesos deberán de tener el doble de masa, lo que dificulta la tarea de carga y descarga y aumenta el rozamiento e inercia que el sistema tiene que vencer, además de reducir la precisión del movimiento. Normalmente también se requiere una galería intermedia entre el peine y la galería principal de carga.
Otra opción para liberar espacio en los laterales de la escena es concentrar este espacio en el lado opuesto a la pared de contrapesos

Movimiento de los pesos

En el sistema de contrapesos dobles, el operador debe situarse en una galería sobre el escenario, mientras que en el de pesos simples se sitúa en el nivel de la escena. Esto consume espacio del escenario, además de tratarse normalmente de un trabajador que realiza otras tareas dentro de la escena.

Cargas


El telar debe ocupar toda la profundidad de la escena, aunque normalmente se considera correcta una extensión de 3 m adicionales desde la parte trasera de la zona de representación y 1 y 1/3 veces el ancho del proscenio, medido desde la cortina de seguridad.
Unas capacidades de carga habituales son:
- Teatros pequeños: 250 kg/conjunto
- Teatros medianos: 400 kg/conjunto
- Teatro grande: 600 kg/conjunto
Para cargas mayores, se utilizan habitualmente sistemas mecánicos.

Espaciado de las líneas de contrapesos

Se recomienda un mínimo de 150 mm, aunque es habitual entre 200 y 250 mm.
La distancia depende de la necesidad de movimiento de las piezas suspendidas una vez almacenadas, de manera que se ocupe el mínimo espacio evitando posibles colisiones.

Elevación mecánica

Normalmente se prefiere el accionamiento manual por la mayor capacidad de reacción y sensibilidad de los operadores frente a las máquinas. Además, el coste de un motor suficientemente silencioso es elevado.
En ocasiones se utiliza un sistema combinado, o de motores asistidos por fuerza manual para ahorrar costes.

Elevadores de escena

Son dispositivos caros, justificados habitualmente sólo en grandes teatros u óperas. Se destinan principalmente a los siguientes usos:
Escenarios a múltiples niveles

Efectos especiales

Movimiento de escenografía

El uso de estos sistemas presenta ciertos problemas de seguridad, aunque su movimiento es generalmente lento y se disponen barreras de seguridad en torno a los huecos a través de los que se mueven.

Escenarios móviles

Se trata de plataformas móviles que giran y se desplazan para situar la escenografía en su posición. Se utilizan en producciones a gran escala, por el espacio necesario para la instalación de las plataformas y la complejidad de su funcionamiento.
Su funcionamiento puede ser eléctrico o hidráulico, y normalmente circulan por guías situadas en el suelo de la escena.

Pallets de aire

Son unidades de aire comprimido, que crean un cojín de aire en su parte inferior, lo que les proporciona gran capacidad de carga y baja fricción. Esto le permite mover cargas pesadas con precisión, a costa de un precio elevado y un recorrido limitado en alcance y bastante ruidoso.

Iluminación escénica

La apariencia de la escena depende en gran medida de la iluminación.

Requerimientos de la escenografía
1. Debe ser económica.
2. Debe ser lo más simple y eficiente posible en su construcción.
3. Debe ser suficientemente fuerte para soportar los movimientos de cambio.
4. Debe ser fácil de almacenar en el mínimo espacio
5. Debe permitir cambios de escena rápidos y silenciosos.
6. Debe ser sencilla de montar en la escena.

Fuente: HAM, Roderick.  Theaters. Planning guidance for design and adaptation . London [etc.] : Butterworth Architecture, 1987.


Con sistemas de cuerdas tradicionales operados manualmente desde una galería sobre el escenario, se libera todo el espacio al nivel de la escena. Con sistemas de contrapesos, sin embargo, la carga sobre el peine se compensa con contrapesos que se mueven sobre guías en una pared lateral.
Los sistemas de contrapeso simple, el contrapeso llega hasta el nivel de la escena, reduciendo el espacio en los laterales del escenario. Es habitual concentrar este sistema en uno de los laterales, dotándolo de una profundidad mayor.. Los de doble contrapeso, en cambio, se operan desde un nivel superior.

Peine técnico

El peine es el acceso para mantenimiento de los sistemas de elevación del escenario. Puede soportar también ciertos pesos.
La altura mínima del peine debe ser de dos veces y medio la del proscenio estructural, siendo recomendable llegar a tres veces esa altura. También puede ser necesario elevarlo si es visible desde el público.
En la actualidad se utilizan sistemas de control mecánicos que proporcionan la precisión y sensibilidad que antes sólo era posible mediante contrapesos simples. Los motores se suelen situar al nivel del peine, preferiblemente en los laterales para dejar libre el área central.
Las líneas de suspensión sobre el peine deben situarse a bastante altura sobre el nivel de la cabeza, dejando la superficie del peine libre de poleas. Es recomendable habilitar una abertura en el peine a través de la cual pode elevar elementos de la escena hasta la parte superior del peine.

Galerías

Las galerías laterales dentro de la caja escénica son el mejor lugar para operar el telar, además de la iluminación y otros efectos especiales. Normalmente se necesita una galería para el sistema de contrapesos simples y dos o tres para el de contrapesos dobles. Todo el resto de galerías deben ser dobles y simétricas con respecto al escenario.
El mejor lugar para controlar el telar suele ser el nivel más bajo de las galerías. Es recomendable situar una galería transversal de conexión entre las dos laterales, tras la pared trasera de la escena para no restar superficie de actuación al telar.
El acceso al telar debe contar con al menos una escalera exclusiva desde el escenario, situada fuera de la planta del telar. También es recomendable disponer de un elevador para el peine técnico.

Suelo del escenario y bajoescena

El suelo de la escena debe estar al mismo nivel, sin rampas ni escalones. El movimiento vertical de la escenografía mediante sistemas de elevación se combina habitualmente con vagones, en los laterales y partes traseras de la escena. Este sistema es recomendable especialmente para teatros de ópera.
Un sistema más multiuso consiste en módulos desmontables sobre una base, lo que permite la formación de huecos o la ampliación de áreas para una producción concreta. El tamaño del módulo puede basarse en los despieces de la madera para facilitar su reposición. El área modular debe ser simétrica con respecto al eje central del proscenio y ser igual al menos a la abertura del mismo.
La altura libre bajo la base no debe ser inferior a 2,5 m, aunque el uso de dos niveles de 2,5 m cada uno amplía la variedad de producciones posibles.

Maquinaria sobre el escenario 

Elevación manual

Aunque algunos teatros utilizan sistemas manuales de elevación, la mayoría apuestan ya por la mecanización como medio para ahorrar tiempo, dinero, y mejorar las condiciones de los trabajadores.
El sistema más básico es el de cuerdas, que soportan los elementos de escenografía bien por separado o bien a través de conjuntos de cuerdas conectados mediante una barra a la que se ata la escenografía. El operador sube y baja los elementos desde una galería lateral, y las cuerdas pasan a través de poleas en el peine y de guías en el lateral de la galería que da a la escena.
El método de elevación por contrapesos simples es el más común. Los cables de cada barra pasan a través de poleas antes de conectarse a un balancín consistente en un marco de acero con masas que equilibran el peso de la escenografía. Una cuerda ligada al balancín pasa a través de poleas en la parte superior e inferior de su recorrido, y a través de un sistema de anclaje en la galería de control. Esta cuerda reduce el esfuerzo necesario para mover la escenografía. El balancín es guiado en una de las paredes de la caja escénica, donde se necesitan unos 800 mm para situar los contrapesos y los cables que los soportan.
Para reducir a la mitad el recorrido de los cables se puede duplicar el peso en el balancín y hacer pasar dichos cables a través de poleas adicionales. La desventaja de este sistema es que se incrementa el esfuerzo necesario para acelerar y parar cada conjunto de cuerdas en un 50%, por lo que resulta más recomendable la utilización de un sistema mecanizado.

Elevación mecánica

Se utilizan en dos formas básicas:
Asistencia motorizada. Balancines operados mediante un motor eléctrico.
Elevación directa. Cables de suspensión enrollados directamente a un tambor que gira gracias a un motor eléctrico.

Asistencia motorizada al sistema de contrapesos

Sólo es una solución adecuada donde ya existe un sistema de contrapesos. Puede ser hidráulico o eléctrico.

Polipastos de elevación directa

Los polipastos actuales son bastante silenciosos pero deben ser instalados fuera de la caja escénica, en situaciones acústicas más exigentes. Los cuartos de máquinas suelen situarse a ambos lados del escenario.

Sistemas de control


Normalmente se sitúan fuera del área de la escena pero cerca de ella, para poder monitorizar las operaciones y activar el sistema de parada de emergencia en caso de ser necesario.

Cortinas de seguridad y cerramientos divisorios

Ambos se utilizan con funciones de aislamiento acústico y su movimiento suele ser vertical.

Maquinaria bajo el escenario

Estructura del escenario

El escenario debe ser suficientemente resistente como para no ceder bajo las cargas de las actuaciones, de las estructuras escenográficas y otros objetos pesados, pero a su vez ha de poder adaptarse a diferentes producciones y para ello necesita ser extraíble en su mayoría.
También puede permitir el paso de elementos a través de él, si se dispone de un espacio suficiente bajo la escena.
En la actualidad, se tiende a utilizar suelos horizontales, frente a los inclinados que se usaron históricamente, e incorporar en ellos diferentes dispositivos técnicos como cajas de conexión, pasos de cables, suelo extraíble, etc.

Maquinaria bajo la escena

Puede ser utilizada para realizar cambios rápidos de escenografía y producir efectos espectaculares, o para asistir a operaciones manuales de cambio realizadas entre diferentes representaciones. Esta maquinaria puede ser instalada como parte de la infraestructura del teatro o temporalmente, para un espectáculo concreto.

Trampillas

Es el tipo más simple de maquinaria, y permite el paso de objetos o personas a través del suelo de la escena. Se complementa con una plataforma elevadora.

Elevadores

Se utilizan para elevar elementos de grandes dimensiones o grupos de actores. Pueden ocupara gran parte del escenario y tener varios pisos, de manera que sirven a diferentes niveles bajo la escena.
Para proteger a los actores de posibles caídas, se incorporan barreras de seguridad en torno a los huecos.

Plataformas giratorias

Integradas en el escenario, pueden tener también varios niveles bajo la escena.

Vagones

Se trata de plataformas que se desplazan sobre ruedas y son guiados automáticamente a través de la escena. En ocasiones se hace coincidir su tamaño con el de los elevadores de escena, para posibilitar su descenso.
Maquinaria escénica para escenarios abiertos
Este tipo de teatros presenta una serie de dificultades para el uso de maquinaria escénica:
La escenografía suele ser tridimensional y no plana
El público puede ver la entrada de actores y escenografía

Es necesario evitar que la maquinaria contamine la representación.

Los sistemas están más cerca del público, por lo que su funcionamiento ha de ser más silencioso
Las cuerdas de suspensión también se hacen más visibles

La escenografía almacenada en el telar puede ser visible para el público y reducir el factor sorpresa
Si los sistemas mecánicos son cercanos al público, deben adoptarse las medidas de seguridad necesarias.

Fuente: STRONG, Judith.  Theatre buildings. A design guide . Oxon : Routledge, 2010.


Dotación técnica escenográfica según tipología de edificio de espectáculos



Fuente: MARTINEZ, Santi,  Plan de Equipamientos Culturales de Cataluña 2010-2020 . PECCat. Barcelona: Generalitat de Catalunya, 2010